lunes, 4 de diciembre de 2017

Diferencias entre el cerebro masculino y femenino


Las mujeres tienen un cerebro ligeramente más pequeño que los hombres (de media, unos 100 gramos más ligero) pero, aunque el cerebro femenino pesa un poco menos que el masculino, ambos géneros tienen una relación parecida del peso cerebral respecto al peso corporal. Las mujeres tienen un 4% menos células cerebrales que los hombres, lo cual no significa que usen menos su capacidad cerebral.

Otra diferencia importante se encuentra en el lóbulo frontal. Éste se encarga de hacer juicios, predicciones, planear acciones futuras y del lenguaje. Las mujeres tienen una cantidad mayor de células que los hombres en esta región.

El hemisferio izquierdo se encarga del procesamiento analítico de datos, mientras que el hemisferio derecho opera de forma holística, englobando juicios con emociones. Los hombres suelen tener cerebros con dominancia del hemisferio izquierdo; sin embargo, las mujeres usan ambos hemisferios de forma más equilibrada.

El cuerpo calloso transmite información a ambos hemisferios y en las mujeres tiene un mayor tamaño.

El sistema límbico afecta a nuestras emociones y tiende a ser mayor en las mujeres. Asimismo, la mayor capacidad de transmisión de información del cerebro femenino entre los dos hemisferios, hacen que la mujer presente una mayor sensibilidad emocional. El sistema límbico de mayor tamaño también conlleva que sientan las emociones negativas de forma más acusada, y es por eso que presentan un mayor riesgo de depresión.

El procesamiento de la información se lleva a cabo en la materia gris. La materia blanca se encarga de conectar diferentes partes del cerebro, facilitándonos el poder ejecutar varias tareas. Las mujeres tienen a tener más materia blanca que los hombres, mientras que los hombres están dotados de más cantidad de materia gris.

El hipotálamo controla el sistema endocrino, el cual produce la mayoría de hormonas en el cuerpo. Regula funciones importantes como la sexual, el sueño, la temperatura corporal… En los hombres, el hipotálamo es casi el doble de grande, y contiene el doble de células que el hipotálamo femenino.


7 diferencias entre mujeres y hombres

1. Diferencias en los cromosomas

Desde la concepción, los aproximadamente 100 trillones de células que forman el cuerpo del hombre y de la mujer, son diferentes. En el hombre, todas sus células son masculinas, el cromosoma Y le identifica. Un solo cromosoma Y de los 23 pares que lo conforman, es suficiente para que el desarrollo posterior sea masculino. 

2. Impulso sexual

Los últimos estudios recopilados por la neuropsiquiatra Louan Brizendine (2008) demuestran que en las áreas cerebrales, el área pre-óptica medial (APM), que es donde se sitúa el impulso sexual, es 2'5 veces mayor en el hombre que en la mujer. El hombre necesita de ese impulso, no solo para experimentar su sexualidad, también para ir hacia el mundo, hacer valer su fuerza, y conquistar, entre otras muchas capacidades que derivan de la energía sexual como el empuje, el valor, el coraje, la creatividad, la iniciativa y la dirección clara.

3. Hormonas distintas

A nivel hormonal, en la mujer el estrógeno, la progesterona y la oxitocina establecen relación con los circuitos cerebrales para propiciar conductas propiamente femeninas. En el hombre predominan la testosterona, la vasopresina y una hormona llamada SIM (Sustancia de Inhibición Mülleriana).

4. Juegos para niños y juegos para niñas

Por más que los padres, adultos y educadores intentan influir, se ha comprobado que las niñas tienden a jugar a juegos más tranquilos como las casitas o las muñecas, mientras los niños acostumbran a jugar a juegos de mayor movimiento, lucha y acción
La preferencia por unos u otros juguetes y juegos tiene mucho que ver con la cultura en que vivimos, y tal vez también con algunas diferencias biológicas entre niños y niñas. 

5. Expresión de los sentimientos

La mujer exterioriza sus sentimientos, el hombre tiende a interiorizar y los relativizarlos. La mujer se caracteriza por su capacidad de expresión, por comunicar lo que piensa y lo que siente; en el hombre predomina la actitud de silencio y pocas palabras. La mujer necesita hablar sobre sus conflictos; el hombre solo habla (si lo hace), cuando ya los ha resuelto. A las mujeres les comunica la palabra; a los hombres la acción, por norma general.

6. Lenguaje femenino y masculino

Las mujeres son mejores comunicadores. La mujer puede pronunciar sin esfuerzo una media de entre 6.000 y 8.000 palabras diarias. Utiliza adicionalmente entre 2.000 y 3.000 sonidos, vocalmente, para comunicar, además de entre 8.000 y 10.000 gestos. Es decir, una media diaria de más de 20.000 unidades de comunicación para trasmitir su mensaje.
Mientras, los hombres pronuncian sólo entre 2.000 y 4.000 palabras y entre 1.000 y 2.000 sonidos vocales, y emiten entre 2.000 y 3.000 señales corporales. Su media diaria asciende a cerca de 7.000 unidades de comunicación... un tercio de lo que emiten las mujeres. El lenguaje masculino da preferencia a temas concretos referidos a cómo funcionan las cosas y al mundo exterior, el mundo objetivo. El lenguaje femenino es más subjetivo, vinculado a los sentimientos y al mundo interior. 

7. Sexualidad: diferencias entre géneros

En el sexo, así como la mujer concede más importancia al antes y al después del acto sexual, el hombre está más centrado en el momento de la penetración y el orgasmo. A nivel instintivo, el hombre está más en contacto con su necesidad sexual, mientras que la mujer lo está más con su necesidad afectiva.

Los estereotipos de género


Los estereotipos de género se inculcan de manera inconsciente desde el nacimiento. Son ideas preconcebidas, heredadas de un modelo social anticuado, que determinan la vida de los niños y niñas en función de su sexo.
Un estereotipo es una creencia que atribuye características específicas a los miembros de un grupo, generalmente de manera arbitraria, basándose en ideas compartidas y, aunque sin ninguna base, comúnmente aceptadas. 
Los estereotipos de género hacen referencia a aquellas creencias arraigadas fuertemente en la sociedad acerca de cómo son, o como deben ser, las mujeres y los hombres. Son creencias que dictan los roles que los hombres y mujeres han de desempeñar en la sociedad a la que pertenecen. Desde que son bebés, existe una tendencia generalizada a marcar diferencias entre niños y niñas, empezando por el color de la ropa. El problema de los estereotipos es que nos influyen tanto en las actitudes como en las conductas.

Entre los estereotipos más comunes asignados a cada uno de los géneros destacan:

Género masculino: agresividad, carácter dominante, valentía, fortaleza, aptitudes intelectuales y deportivas, tendencia al riesgo y la aventura, aptitud para las ciencias, ….

Género femenino: intuición, sumisión, dependencia, debilidad, inestabilidad emocional, pasividad, aptitud para las letras y las actividades manuales, …

Algunos modos de transmisión de los estereotipos de género

  • ·         Las expectativas de los adultos sobre el comportamiento de los niños y las niñas. Los adultos de manera inconsciente tienen expectativas concretas y muy diferentes sobre el comportamiento que deben tener los niños y las niñas según su género. La forma de tratar a los niños y las niñas tiene sutiles diferencias, así como lo que se espera de unos y otras.
  • ·    La presión de los iguales. Los iguales también contribuyen al proceso de socialización y a la transmisión de los estereotipos de género. Son los propios niños y niñas los que asumen y defienden los estereotipos que les han inculcado los adultos, y aquel que no se comporte como los estereotipos marcan, será tachado y considerado como un bicho raro.
  • ·       Los medios de comunicación. A través de programas, series y anuncios, se transmite una imagen de cómo deben comportarse y cómo deben ser hombres y mujeres. De manera inconsciente los niños y niñas integran de modo natural los comportamientos atribuidos a cada sexo.

Las consecuencias negativas de los estereotipos afectan de manera individual a cada persona, hombre o mujer, pero también tienen importantes repercusiones a nivel social.

A través de los estereotipos de género se transmite y reproduce un modelo de hombre y de mujer determinados, unas maneras concretas de comportarse.



Si aceptamos los estereotipos de género, favorecemos el machismo y limitamos las formas de expresión y comportamientos de ambos sexos porque no podemos desarrollar por completo nuestra personalidad por el simple hecho de ser hombre o mujer

La única manera de aceptar que los hombres y las mujeres somos diferentes e iguales a la vez, es a través de una educación no sexista, que nos permita elegir libremente nuestro futuro sin asumir los roles tradicionales que nos asignan por nuestro género desde el nacimiento.