Las mujeres tienen un cerebro ligeramente más pequeño que los hombres
(de media, unos 100 gramos más ligero) pero, aunque el cerebro femenino
pesa un poco menos que el masculino, ambos géneros tienen una relación parecida del peso
cerebral respecto al peso corporal. Las mujeres tienen un 4% menos células
cerebrales que los hombres, lo cual no significa que usen menos su capacidad
cerebral.
Otra diferencia importante se encuentra en el
lóbulo frontal. Éste se encarga de hacer juicios, predicciones, planear
acciones futuras y del lenguaje. Las mujeres tienen una cantidad mayor de
células que los hombres en esta región.
El hemisferio izquierdo se encarga del
procesamiento analítico de datos, mientras que el hemisferio derecho opera de
forma holística,
englobando juicios con emociones. Los hombres suelen tener cerebros con
dominancia del hemisferio izquierdo; sin embargo, las mujeres usan ambos
hemisferios de forma más equilibrada.
El cuerpo calloso transmite información a
ambos hemisferios y en las mujeres tiene un mayor tamaño.
El sistema límbico afecta a nuestras
emociones y tiende a ser mayor en las mujeres. Asimismo, la mayor capacidad de
transmisión de información del cerebro femenino entre los dos hemisferios,
hacen que la mujer presente una mayor sensibilidad emocional. El sistema
límbico de mayor tamaño también conlleva que sientan las emociones negativas de
forma más acusada, y es por eso que presentan un mayor riesgo de depresión.
El procesamiento de la información se lleva a
cabo en la materia gris. La materia blanca se encarga de conectar diferentes
partes del cerebro, facilitándonos el poder ejecutar varias tareas. Las mujeres tienen a tener más materia blanca que los
hombres, mientras que los hombres están dotados de más cantidad de materia gris.
El hipotálamo controla el sistema endocrino,
el cual produce la mayoría de hormonas en el cuerpo. Regula funciones
importantes como la sexual, el sueño, la temperatura corporal… En los hombres,
el hipotálamo es casi el doble de grande, y contiene el doble de células que el
hipotálamo femenino.
7
diferencias entre mujeres y hombres
1. Diferencias en los
cromosomas
Desde la concepción, los aproximadamente 100 trillones de células que forman el cuerpo del hombre y de la
mujer, son diferentes. En el hombre, todas sus células son masculinas, el cromosoma Y le identifica. Un solo cromosoma Y de los 23 pares
que lo conforman, es suficiente para que el desarrollo posterior sea
masculino.
2. Impulso sexual
Los últimos estudios recopilados por la
neuropsiquiatra Louan
Brizendine (2008)
demuestran que en las áreas cerebrales, el área pre-óptica medial (APM), que es
donde se sitúa el
impulso sexual, es 2'5 veces mayor en el hombre que en la mujer. El hombre necesita de ese impulso, no solo
para experimentar su sexualidad, también para ir hacia el mundo, hacer valer su
fuerza, y conquistar, entre otras muchas capacidades que derivan de la energía
sexual como el empuje, el valor, el coraje, la creatividad, la iniciativa y la
dirección clara.
3. Hormonas distintas
A nivel hormonal, en la mujer el estrógeno,
la progesterona y la oxitocina
establecen relación con los circuitos cerebrales para propiciar conductas
propiamente femeninas. En el hombre predominan la testosterona, la vasopresina y una hormona llamada SIM (Sustancia de Inhibición Mülleriana).
4. Juegos para niños y juegos para niñas
Por más que los padres, adultos y educadores
intentan influir, se ha comprobado que las niñas tienden a jugar a juegos más tranquilos como las
casitas o las muñecas,
mientras los niños acostumbran a jugar
a juegos de mayor movimiento, lucha y acción.
La preferencia por unos u otros juguetes y
juegos tiene mucho que ver con la cultura en que vivimos, y tal vez también con
algunas diferencias biológicas entre niños y niñas.
5. Expresión de los sentimientos
La mujer exterioriza sus sentimientos, el hombre tiende
a interiorizar y los relativizarlos. La mujer se caracteriza por su capacidad de
expresión, por comunicar lo que piensa y lo que siente; en el hombre predomina
la actitud de silencio y pocas palabras. La mujer necesita hablar sobre sus
conflictos; el hombre solo habla (si lo hace), cuando ya los ha resuelto. A las
mujeres les comunica la palabra; a los hombres la acción, por norma general.
6. Lenguaje femenino y
masculino
Las mujeres son mejores comunicadores. La mujer puede pronunciar sin
esfuerzo una media de entre 6.000 y 8.000 palabras diarias. Utiliza
adicionalmente entre 2.000 y 3.000 sonidos, vocalmente, para comunicar, además
de entre 8.000 y 10.000 gestos. Es decir, una media diaria de más de 20.000
unidades de comunicación para trasmitir su mensaje.
Mientras, los hombres pronuncian
sólo entre 2.000 y 4.000 palabras y entre 1.000 y 2.000 sonidos vocales, y
emiten entre 2.000 y 3.000 señales corporales. Su media diaria asciende a cerca
de 7.000 unidades de comunicación... un tercio de lo que emiten las mujeres. El lenguaje
masculino da preferencia a temas concretos referidos a cómo funcionan las cosas
y al mundo exterior, el mundo objetivo. El lenguaje femenino es más subjetivo,
vinculado a los sentimientos y al mundo interior.
7. Sexualidad: diferencias
entre géneros
En el sexo, así como la mujer concede más
importancia al antes y al después del acto sexual, el hombre está más centrado
en el momento de la penetración y el orgasmo. A nivel instintivo, el hombre
está más en contacto con su necesidad
sexual, mientras que la
mujer lo está más con su necesidad
afectiva.
Los estereotipos de género
Los estereotipos de género se inculcan de
manera inconsciente desde el nacimiento. Son ideas preconcebidas, heredadas de
un modelo social anticuado, que determinan la vida de los niños y niñas en
función de su sexo.
Un estereotipo es una creencia que atribuye
características específicas a los miembros de un grupo, generalmente de manera
arbitraria, basándose en ideas compartidas y, aunque sin ninguna base,
comúnmente aceptadas.
Los estereotipos
de género hacen referencia a aquellas creencias arraigadas
fuertemente en la sociedad acerca de cómo son, o como deben ser, las mujeres y los hombres. Son creencias que dictan los
roles que los hombres y mujeres han de desempeñar en la sociedad a la que
pertenecen. Desde que son bebés, existe una tendencia generalizada a marcar
diferencias entre niños y niñas, empezando por el color de la ropa. El problema de los estereotipos es que nos influyen tanto en las actitudes como en las
conductas.
Entre
los estereotipos más comunes asignados a cada uno de los géneros destacan:
Género masculino: agresividad, carácter
dominante, valentía, fortaleza, aptitudes intelectuales y deportivas, tendencia
al riesgo y la aventura, aptitud para las ciencias, ….
Género femenino: intuición, sumisión, dependencia, debilidad, inestabilidad emocional,
pasividad, aptitud para las letras y las actividades manuales, …
Algunos modos de transmisión de los estereotipos de género
- · Las expectativas de los adultos sobre el comportamiento de los niños y las niñas. Los adultos de manera inconsciente tienen expectativas concretas y muy diferentes sobre el comportamiento que deben tener los niños y las niñas según su género. La forma de tratar a los niños y las niñas tiene sutiles diferencias, así como lo que se espera de unos y otras.
- · La presión de los iguales. Los iguales también contribuyen al proceso de socialización y a la transmisión de los estereotipos de género. Son los propios niños y niñas los que asumen y defienden los estereotipos que les han inculcado los adultos, y aquel que no se comporte como los estereotipos marcan, será tachado y considerado como un bicho raro.
- · Los medios de comunicación. A través de programas, series y anuncios, se transmite una imagen de cómo deben comportarse y cómo deben ser hombres y mujeres. De manera inconsciente los niños y niñas integran de modo natural los comportamientos atribuidos a cada sexo.
Las
consecuencias negativas de los estereotipos afectan de manera individual a cada
persona, hombre o mujer, pero también tienen importantes repercusiones a nivel
social.
A
través de los estereotipos de género se transmite y reproduce un modelo de
hombre y de mujer determinados, unas maneras concretas de comportarse.
Si
aceptamos los estereotipos de género, favorecemos el machismo y limitamos las
formas de expresión y comportamientos de ambos sexos porque no podemos
desarrollar por completo nuestra personalidad por el simple hecho de ser hombre
o mujer
La
única manera de aceptar que los hombres y las mujeres somos diferentes e
iguales a la vez, es a través de una educación no sexista, que nos permita
elegir libremente nuestro futuro sin asumir los roles tradicionales que nos
asignan por nuestro género desde el nacimiento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario